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Contra el fanatismo

Contra el fanatismo

He vuelto a leer el artículo “Contra el fanatismo” del escritor israelí Amos Oz, publicado en la revista El Cultural en el año 2003.

Como el mismo dice, raro es el día que no nos sacude la noticia de un atentado. La inmunización que nuestras conciencias van adquiriendo ante estos estímulos continuados, quizás fracasa momentáneamente con determinados impactos, cada uno tendrá los suyos, y hay que aprovechar entonces para replantearnos esas cuestiones.

[…]”Más viejo que el Islam, el Cristianismo y el Judaísmo, más que cualquier credo o estado el fanatismo sigue envenenando el mundo” […] nos dice Amos Oz y

cree que la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar.

[…]” Esa tendencia tan común de mejorar al vecino, de enmendar a la esposa, de hacer ingeniero al niño o de enderezar al hermano en vez de dejarles ser. El fanático es una criatura de lo más generosa. El fanático es un gran altruista. A menudo está más interesado en los demás que en sí mismo. Quiere salvar tu alma, redimirte. Liberarte del pecado, del error, de fumar. Liberarte de tu fe o de tu carencia de fe. Quiere mejorar tus hábitos alimenticios, lograr que dejes de beber o votar. El fanático se desvive por uno” […]

Y plantea una o dos reflexiones para, sino curarlo, al menos controlarlo:

[…]” de forma cauta, la imaginación, tal vez pueda inmunizar parcial y limitadamente contra el fanatismo. Creo que una persona capaz de imaginar lo que sus ideas implican […] puede convertirse en un fanático a medias, lo que entraña una ligera mejoría […] la literatura contiene un antídoto frente al fanatismo mediante la inyección de imaginación […] El poeta israelí  Yehuda Amijai dice:

“Donde tenemos razón no pueden crecer flores”

Es una frase muy útil. Así, en cierto modo, algunas obras literarias pueden ayudar no todas ellas […] Y sin tomarse lo que voy a decir al pié de la letra, me atrevería a asegurar que, al menos en principio, creo haber inventado la medicina contra el fanatismo. El sentido del humor es un gran remedio. Jamás he visto en mi vida a un fanático con sentido del humor.[…]

Me resulta sorprendente su reflexión y su propuesta, amplía mi manera de mirar y mejora mi conciencia sobre mis propias creencias, actitudes y acciones. Y sobre si hay cierto matiz de fanatismo, a veces, en ellas también. En realidad no sé si estoy totalmente de acuerdo  con lo que plantea, pero si sé que me enriquece.

Y aquí enlazo con el reto que cada uno tenemos de desarrollarnos y mejorar cada día. Y pienso cómo podemos encontrar las claves en muchos sitios diferentes, literatura, imaginación, buen humor… aunque siempre entiendo que necesitamos un factor común,

tenemos que ser capaces de escuchar.