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Cuento de Navidad

Cuento de Navidad

Tenía que salir de aquel atolladero, obviamente no estaba en un buen momento, no es que aconteciera una gran desgracia, simplemente estaba en medio de expectativas incumplidas, cotidianidades, proyectos que nunca llegan…buena mezcla para la falta de energía, la no pertenencia, la inacción, el sinsentido. Una niebla espesa, pegajosa, gris.

Donde “ellos” están las cosas no son para nada igual. Allí es donde la energía y el conocimiento fluyen, donde no existe el tiempo y todo es intangible y está conectado.

Aún así, alguna vez llamamos su atención, quizás cuando nos da por juntar muchas energías en hacer y desear las mismas buenas cosas.

Sucede varias veces , entre todas las distintas festividades para recibir el nuevo año, el día de Buda, la cena y los disfraces del Purimi judío, la  alegre ruptura del ayuno del Eid al- Fitr, las fiestas chamánicas, las tribales, la Navidad…

No es que se tomen un gran trabajo, es como si nos lanzaran una miradita, así, de refilón, sin siquiera dejar su animada tertulia virtual.

Y es en esto que, dado que es Navidad,  varios tertulianos perciben la niebla gris.

En fin, vosotros ya sabéis lo que yo, que descubrí mi sabiduría debido a saber que no sé nada, puedo  aportar, comenta Sócrates.

¡Una chispa, hay que mandar una chispa! Exclama Plutarco mientras mira a los lados. La mente no es un vaso a ser llenado, sino un fuego a ser encendido.

No te agites, quizás no haga falta, añade Marco Aurelio, muy poco se necesita para hacer una vida feliz, está todo en nuestro interior, en nuestra forma de pensar.

Si…toda revolución fue primero un pensamiento en la mente de un hombre, matiza R.W.Emerson.

Quizás si sintiera como yo sentí, que si puedo evitar que un corazón sufra, no viviré en vano; si puedo aliviar el dolor de un alma, o sanar una herida o ayudar a un petirrojo desmayado a encontrar su nido, no viviré en vano, susurra Emily Dickinson.

¡Genial lo de sentir! La abraza cariñoso Albert Einstein y le dice al oído, no puede resolver los problemas con el mismo nivel de pensamiento que los crearon.

Entonces Nietzsche se levanta como una bala alborotándolo todo ¡¡todos los grandes pensamiento se conciben al andar!! Grita mientras da grandes zancadas.

La vida es realmente sencilla, pero insistimos en hacerla difícil sonríe Confucio mirando el paseo enérgico.

Y así, unos con otros, en ese lugar donde todo es posible, construyen esa mirada cálida, pequeño destello que disuelve las nieblas más pertinaces. Sólo basta con estar un poco atento y claro ¡¡Ser Navidad!!