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En los humanos, a los 3-4 años de edad, las regiones prefrontales se han desarrollado lo suficiente como para darnos cuenta de conceptos como la vida y la muerte.La corteza prefrontal permite a la mente planificar, imaginar, soñar, reflexionar, reinventarse continuamente y tiende a crear una sensación de coherencia y continuidad. Pero además, el cerebro es un órgano procesador de información y nos ofrece instrumentos para ver la realidad: la vida es pasajera e incierta¹.

David Eagleman² dice que como mejor se comprende el cerebro es como un equipo de rivales que compiten en pos de una misma meta, pero a menudo con diferentes maneras de conseguirla. Somos un conjunto de mecanismos que se solapan, reinventan, conversan y compiten continuamente.

Lo normal es que pensemos que somos el mismo, día tras día. Sin embargo, a veces somos capaces de hablar fluidamente en público, otras no encontramos las palabras, un día somos de lo más rutinario, otros nos lanzamos a la aventura, a veces somos capaces de hacer mil cosas, otras casi nada…El comportamiento es el resultado de la batalla entre sistemas internos.

¿Me contradigo? Muy bien, pues me contradigo (soy grande, contengo multitudes) Walt Whitman³.

Cuanto más profundizamos en el estudio del comportamiento humano, desde cualquier perspectiva, más vemos que es el resultado de un equilibrio entre contrarios. La Neurociencia tal como nos cuenta Eagleman lo tiene claro.

Cuando, en comunicación, abordamos los comportamientos asertivos (modelo de relación interpersonal que consiste en conocer nuestros propios derechos y defenderlos, respetando a los demás⁴) se suele trabajar con una interesante herramienta, “la pirámide neurológica” de Robert Dilts. El autor comenta que en nuestra relación con los otros vemos únicamente el 5%, que son sus acciones (la punta de la pirámide o iceberg). Solamente si la relación es continuada y la observación atenta, llegaremos a ver lo que hay justo debajo, las actitudes, comportamientos continuados de la persona frente a las diferentes situaciones( frente a la prisa, a la dificultad, al cansancio, frente a lo inesperado…) Todo lo demás que está por debajo, las aptitudes y conocimientos, las creencias, los valores, los propósitos de esa persona, se nos escapan. Con esto Dilts, nos viene a decir que es poco probable que acertemos cuando intentamos presuponer la intencionalidad de los actos de los otros. Siendo más practico y operativo el comportamiento asertivo de explicitar y defender nuestros deseos y preguntar y respetar los del otro, intentando llegar a actos comunicativos equilibrados.

A la vez desde el descubrimiento de las Neuronas Espejo y con el desarrollo de la Teoría de la Mente, sabemos que tenemos una serie de circuitos en nuestro cerebro, que se encargan de observar la mente del otro conectando y adivinando sus intenciones y emociones, y que esos circuitos son además los encargados de observar nuestra propia mente. Autores como Siegel nos dicen que una parte de nuestra mente se conforma por la relación que se establece con los otros.

Parece contradictorio, aunque quizás sean diferentes sistemas de abordar el mismo problema y que se encuentran en extremos contrarios.

De esta manera, podemos comportarnos lo más armónica y práctica posible, con ese 5% de acciones observadas, utilizando buenas herramientas comunicativas, o bien podemos profundizar en nuestra relación con el otro hasta resonar íntimamente con su mente utilizando nuestro cerebro mimético.

Nuestro comportamiento dependerá de muchos factores (tiempo, oportunidad, interés, tipo de relación…) incluida, como ya hemos dicho, el resultado de la batalla entre nuestros sistemas internos, muchos de ellos inconscientes.

Debemos ser cuidadosos y colocar donde se debe, a todas esas herramientas estáticas, protocolos de actuación fijos, que se aplican sistemáticamente a todas las personas o grupos, esperando obtener idénticos resultados.

Mi opinión es que están bien para un primer acercamiento, para ordenar, para favorecer el aprendizaje de los profesionales, para cuando somos principiantes.

Aunque si decides cambiar de escalón, bienvenido al mundo de la batalla, de la contradicción, de la incertidumbre.

1-Mindsight, la nueva ciencia de la transformación personal. Daniel J. Siegel

2-Incógnito, las vidas secretas del cerebro. David Eagleman.

3-Canto de mi mismo. Walt Whitman.

4- Wikipedia.