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IV Congreso Internacional de AECOP. Parte II

IV Congreso Internacional de AECOP. Parte II

El segundo día del Congreso, conocí a Lizz Hall, nos contó su experiencia trabajando Coaching y Mindfulness. Con ella percibí algo diferente, no captó mi atención sólo por el contenido de su mensaje, eso no fue lo importante para mí,

me sorprendió su serena presencia, su naturalidad, su respeto hacia el auditorio, su cuidado de los detalles, su escucha atenta ante las preguntas y su mirada franca de verdadero interés.

En un momento de su charla dijo que en ese instante lo que estaba intentando era estar presente y ¡vaya si lo consiguió!

También conocí a Marta Ligioiz, colega médica y con la que comparto formas de mirar y comprender el mundo, su manejo de su propio cuerpo y sentido del humor generó un clima único.

Luego en la charla que mantuvimos, me volvió a hablar de cómo el cuerpo, si lo escuchamos, nos  muestra las claves en las que hay que trabajar en las organizaciones: el vínculo, la misión, la flexibilidad, la comunicación, el estado de ánimo.

¡Coincido con ella en tantas afirmaciones! La Neurociencia te da conciencia y aprendes, hay que cambiar el paradigma personal y social de victimismo, hay  que practicar el pacifismo real:

“Nos faltan habilidades, pero no hay enemigo que derrotar, hay, recursos que unir”.

Y tantas otras cosas de las demás ponencias, comunicaciones, talleres, que me aportan y conforman esa compleja, múltiple, a veces armoniosa a veces caótica, atenta a sutiles presencias y contundentes afirmaciones, que para mí es la realidad actual del Coaching.

Y al igual que  ocurre en nuestro cerebro, capaz de centrarse en el detalle de la mente que investiga, desmenuza, parcela y a la vez capaz de conectar aéreas distintas y alejadas para generar nuevas redes que nos dan una visión global y sistémica, ocurre en la práctica de nuestro trabajo. Donde hay herramientas que son específicas, singulares, para momentos muy concretos y abordajes generales, que unen, que siempre sirven, porque en ellos contienen la dualidad de los contrarios.

En mi experiencia, cuanto más profundo trabajo con la persona o la organización, más sistémico, general, dual es el método. Aunque luego se aterrice a lo concreto y específico. Porque así funciona nuestro cuerpo, es la esencia de nuestro ser.

Gracias a todas las personas que de algún modo participasteis en este IV Congreso.